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MÉTODO MADRE CANGURO (MMC)

El Método Madre Canguro (MMC) comenzó a implantarse institucionalmente en Colombia. Nació en 1978 de la necesidad del Dr. Edgar Rey, entonces director del departamento de recién nacidos del Instituto Materno-Infantil (IMI), con el intuito de reducir la mortalidad infantil y los altos índices de abandono de los bebés prematuros, debido a la falta de recursos que obligaba al hospital a poner dos o tres bebés en una misma incubadora. La lenta recuperación de los bebés, el poco aumento de peso y los largos períodos de hospitalización eran motivo de abandono de muchos padres y de frecuentes muertes.

 

Casi dos décadas de aplicación e investigación han dejado claro que el MMC constituye algo más que una alternativa a los cuidados en incubadora. Se ha puesto de manifiesto que el MMC repercute eficazmente en el control de la temperatura, la lactancia materna y el desarrollo de vínculos afectivos referidos a todos los neonatos, al margen de su entorno, peso, edad gestacional y situación clínica. (1, 2)

 

Este método humanizado de cuidados al recién nacido no es sólo válido para los prematuros, sino para todos los bebés, que no deberían ser separados de sus madres en ningún momento, sino que deberían permanecer en contacto piel a piel desde sus primeras horas de vida.

 

¿Existe algo de mayor tecnología que la piel humana? ¿No es la piel permanentemente flexible, firme y cálida? ¿No autorregula su temperatura sin depender de termostato alguno? ¿No tiene la piel de la madre un olor conocido y por lo tanto tranquilizante? ¿No va acompañada de un sonido regular desestrezante para el bebé: el del corazón de la madre? (3)

 

Tales han sido los beneficios del MMC, que desde su creación algunos pediatras del mundo entero (Susan Ludington, Andrew Whitelaw, Vivine Whalberg, Richard de Leew, entre otros) se llevaron esta maravillosa técnica para sus países y le empezaron a implantar en sus hospitales, asombrados por los efectos claramente visibles en madres y bebés, de los cuales citaremos unos cuantos:

 

Mejor interacción de los padres con sus bebés:

La posición canguro permite a los padres conocer mejor a sus hijos, importarse más por su bienestar, y crear un vínculo mayor ayudándolos a conocerlos más.  Además de esto favorece la comunicación no verbal entre ellos y sensibiliza a los padres ante las necesidades reales de su bebé.

 

Bebés más tranquilos:

En esta posición, los padres logran calmar más fácilmente a los bebés en los momentos de tensión, su comportamiento mejora y se estabiliza notablemente y disminuye el llanto. El empoderamiento y autoestima que las madres sienten al cuidar de sus hijos de esta forma, se refleja también en las actitudes tranquilas del bebé.

 

Los efectos del MMC parecen persistir por un tiempo después del porteo. Después de ser “cangurados”, los bebés duermen por más tiempo, su sueño es más organizado y reparador (Ferber et al, 2004). Se encontró también que los bebés prematuros que son cuidados con el MMC, a la edad de 3 meses, lloran menos comparados con los bebés que no son “cangurados” (Feldman et al, 2002).

 

Permite humanizar los servicios de neonatología:

En una exhaustiva revisión de todos los artículos del MMC, la Dra. Gene Anderson (1991) reveló una notable disminución del tiempo de hospitalización neonatal, vinculada directamente al contacto piel a piel.(3) En general, cuando una madre debe dejar a su bebé prematuro en la incubadora, y pasar por la tristeza de separación, además de llevarse sus manos vacías, lleva estrés, preocupaciones por el estado frágil de su hijo, impotencia, culpa y rabia por sentirse desplazada a veces por el equipo médico de las unidades de cuidados intensivos. El MMC permite sanar emocionalmente esa separación precoz y necesaria, y permite un eficaz desarrollo y crecimiento del bebé reflejándose en un buen estado de salud.

 

Disminuye el dolor del recién nacido:

En la posición canguro el bebé se siente más seguro, ayudándolo a recuperarse más rápidamente de las intervenciones dolorosas (extracciones de sangre, por ejemplo), a regular nuevamente la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio. Numerosos estudios publican la efectividad del contacto piel a piel para disminuir el estrés del bebé asociado al dolor (Charpak, N., 2006). Se ha encontrado también que el MMC funciona como analgésico en bebés nacidos a término (Gray L et al, 2000).

 

Un bebé no puede verbalizar su dolor; lo expresa a través de cambios de comportamiento o de severas variaciones en algunos parámetros fisiológicos, como la frecuencia cardíaca o la oxigenación: el corazón puede dejar de latir y el bebé puede asfixiarse bajo el efecto de un dolor intenso (Charpak, N., 2006).

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Sensibiliza a los papás sobre el cuidado del bebé:

¡Cuántos papás subestiman la difícil labor de una madre al cuidar de su bebé 100% del tiempo! Permitirles a ellos el cuidado piel a piel de su hijo, llevándolo consigo durante el día, o durante un paseo, les da un lugar dentro de la crianza que los sensibiliza y enorgullece. Un papá canguro es un papá responsable, no importa su edad ni su condición social.

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Favorece la lactancia materna:

Las madres se sienten más seguras de sí mismas y con mayor confianza para dar de mamar a su bebé a la vez que la lactancia dura más tiempo. Además, su producción de leche aumenta (Ferber et al, 2004) por el constante estímulo de succión, ya que el bebé tiene el pecho disponible todo el tiempo, y por la liberación de oxitocina al sentirse feliz con la relación y vínculo mamá- bebé, que ayuda directamente a la producción de leche.

 

Mejor desarrollo neurológico del bebé:

El método MMC muestra ser bastante eficaz para el desarrollo del cerebro inmaduro del bebé, al preservar las condiciones en las que se encontraba antes de nacer (“sobre la exterogestación”).

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Una vez que ha logrado  salir adelante gracias a los recursos tecnológicos, el cerebro del pequeño prematuro debe desarrollarse durante varios meses; nuestra idea es la de construirle un capullo, un nido que emule lo mejor posible el ambiente flotante en el que se hallaba cuando estaba en el vientre de su madre (Charpak, N., 2006).

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El contacto piel a piel con mamá, además de proveer al bebé de un escudo protector contra los disturbios exteriores, se ha probado en varios estudios, que está asociado con una mejor capacidad cognitiva, de exploración y atención en el desarrollo posterior del bebé (Feldman et al, 2003). Así pues, el MMC parece resultar en un mayor control del sistema nervioso central debido a la reducción de experiencias estresantes, de las cuales el bebé está bien protegido (Ferber et al, 2004).

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Creo que no hace falta dar más explicaciones acerca del por qué en Anidar Slings recomendamos el uso de portabebés ergonómicos. El porteo no significa sólo comodidad. Significa salud y felicidad.

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  1. Thermal control of the newborn: A practical guide. Programa Salud de la Madre y Maternidad sin Riesgo. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, 1993 (WHO/FHE/MSM/93.2).

  2. Shiau S.H., Anderson G.C. Randomized controlled trial of kangaroo care with fullterm infants: effects on maternal anxiety, breastmilk maturation, breast engorgement, and breast-feeding status. Documento presentado en la Conferencia Internacional sobre Lactancia Materna, Australia’s Breastfeeding Association, Sydney, 23-25 de octubre de 1997.

  3. Charpak, N. Bebés Canguro. Gedisa Editorial, Barcelona, 2006.

  4. Método Madre Canguro. Guía Práctica. OMS, Ginebra, 2004.

  5. Ferber et al., “The Effect of Skin-to-Skin Contact (Kangaroo Care) Shortly After Birth on the Neurobehavioral Responses of the Term Newborn: A Randomized, Controlled Trial. Pediatrics 113 2004:858-865.)

  6. Feldman R, Weller A, Sirota L, Eidelman AI. Skin-to-skin contact (kangaroo care) promotes self-egulation in premature infants: sleep wake cyclicity, arousal modulation, and sustained exploration. Dev Psychol. 2002;38:194-207.

  7. Feldman R, Eidelman AI. Skin-to-skin contact (kangaroo care) accelerates autonomic and neurobehavorial maturation in premature infants. Dev Med Child Neurol. 2003;110:16-26

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